Los mexicanos, al margen de principios o ideologías que nos atraigan, y en congruencia con nuestra cultura, inteligencia, sentido común y sensibilidades, merecemos un profundo respeto por parte de aquellos, qué, involucrados en el quehacer político, diseñan candidaturas que les permitan ganar espacios de poder a través de procesos electorales. Este mérito nuestro es tan lícito como sus obsesiones.
- AGRONEGOCIOS
- CDMX
- Deportes
- Economía
- GLOBAL
- Legislativo
- Mañanera
- Movilidad
- Opinión
- Reflectores
- SEGURIDAD
- Tecnología
- Vida y Estilo