El 2024 fue un año que rompió récords en cuanto a temperaturas en todo el mundo, por lo que se considera probablemente el año más caluroso de la historia, esto no sólo debido a los efectos que el fenómeno que El Niño trajo consigo todo el periodo, sino que la crisis climática que actualmente se vive influyó mucho a que las temperaturas fueran extremas.
Sin embargo, pese a que aún continuará el calor, los pronósticos del 2025 se muestran un poco benevolentes ante el efecto de La Niña, el cual es un fenómeno climático natural que forma parte del ciclo conocido como El Niño-Oscilación del Sur (ENOS), y se caracteriza por un enfriamiento anómalo de las temperaturas superficiales del océano en el Pacífico ecuatorial central y oriental, lo que provoca alteraciones en los patrones climáticos globales.
Entre las principales consecuencias de La Niña se encuentran:
- Aumento de lluvias en algunas regiones como el sudeste asiático, Australia y partes de América del Sur, lo que puede ocasionar inundaciones.
- Periodos de sequía en áreas como el suroeste de Estados Unidos y la región del Cuerno de África.
- Descenso de temperaturas globales promedio, ya que el enfriamiento del océano influye en el clima mundial.
Este fenómeno ocurre en intervalos irregulares, aproximadamente cada 2 a 7 años, y suele durar entre 9 meses y 2 años. Su intensidad y duración dependen de diversos factores atmosféricos y oceánicos.
El inicio de dicho fenómeno se pronosticó que entraría a México a inicios de este diciembre, descendiendo las temperaturas y persistiría hasta marzo del 2025, de acuerdo con el Servicio Meteorológico Nacional. por lo que se espera que el calor de tregua por lo menos durante los primeros meses del año entrante, sin embargo, se recomienda no bajar la guardia ante las posibles olas de calor que se avecinen.
Aunque en menor medida, el calor continuará
A mediados de año, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), informaba a través de su Gaceta que para el 2025 el pronóstico es que dichos fenómenos continuarían, llamando a tomar medidas precautorias.
“Un domo de calor ocurre cuando una región persistente de alta presión atrapa el calor sobre un área en particular, y puede persistir durante días o semanas”, de acuerdo con la definición de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA).
Es por eso que Antonio Guterres, secretario general de la Organización de Naciones Unidas (ONU), de cara al inicio de año, hizo un llamado a reducir de forma “dramática” las emisiones en 2025 y actuar con mayor responsabilidad.
“El mundo tiene que abandonar este camino a la perdición, no tenemos tiempo que perder, y en 2025 los países deben poner al planeta en un lugar más seguro reduciendo dramáticamente sus emisiones y apoyando la transición a un futuro renovable”, indicó Guterres, al tiempo que subrayó que 2024 ha completado una “década de calor mortal” en la que se han registrado los 10 años de temperatura media más alta desde que se tiene registro.
“Si queremos un mundo más seguro, debemos actuar ahora, es nuestra responsabilidad común y global”, complementó la secretaria general de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), Celeste Saulo.
Tras un 2024 que además será tal vez el primero en el que la subida media de temperaturas esté por encima de los 1,5 grados que el Acuerdo de París recomendó no superar, Saulo añadió que “cada décima de grado de calentamiento importa, e incrementa los extremos climáticos, sus impactos y sus peligros”.
La OMM publicará en enero la cifra sobre la temperatura media de 2024, donde se confirmará si se superaron los récords de 2023, hasta ahora el año más caluroso del que se tiene registro, y en marzo emitirá su informe completo sobre el clima de este año que ahora termina. En 2025, año en el que este organismo internacional celebra su 75 aniversario, se prestará especial atención a la situación de la criosfera (polos y zonas heladas de alta montaña) ya que ha sido declarado Año Internacional de la Preservación de los Glaciares.
