El pasado 30 de enero, la mandataria federal presumió en su conferencia de prensa matutina que México registra la tasa más baja de desempleo del mundo, que, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), es de 2.4 por ciento.
Sin embargo, sobre ese punto, el Banco de México (BANXICO), aclaró que la baja tasa de desocupación (término correcto de la variable que utiliza el INEGI y que es diferente al concepto de desempleo que pretendió ufanar la presidenta), responde a factores sociodemográficos más que a temas de fortaleza del mercado laboral o de la economía.
Así, a través de la Minuta de su última reunión de política monetaria, la Junta de Gobierno del BANXICO aclaró que la reducción de la fuerza laboral es atribuible en mayor medida al incremento de pensionados y jubilados, así como de las personas dedicadas a quehaceres domésticos, que en su mayoría son mujeres.
Uno de los miembros del órgano rector del banco central agregó que factores estructurales como el cambio demográfico y la asignación de roles de género en las tareas de cuidados podrían estar incidiendo de manera importante en las lecturas de desocupación laboral.
En este sentido, consideró que, aunque aún se mantienen señales de fortaleza en el mercado laboral, estas deben ponderarse a la luz de la moderación en otras variables económicas.
Adicional a ello, cabe mencionar que la tasa de desocupación -más no desempleo-, que registra México es efectivamente baja respecto a otros países debido a dicha variable contempla la ocupación informal, es decir, personas ocupadas en actividades como vendedores ambulantes, comerciantes en tianguis, trabajadores domésticos y demás individuos sin prestaciones sociales, a diferencia de lo que se mide en otras naciones en donde la tasa de desempleo -si, desempleo y no desocupación-, sólo incluye a personas sin trabajo formal, es decir, con prestaciones.
En otras palabras, la presidenta Claudia Sheinbaum comparó peras con manzanas.
