El regreso a la oficina: entre la flexibilidad y la estrategia empresarial

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Redacción

La evolución del mundo laboral avanza a un ritmo acelerado, y el regreso a las oficinas se consolida como una decisión estratégica para muchas empresas. En este contexto, las organizaciones están rediseñando sus políticas para equilibrar la flexibilidad con la colaboración presencial, transformando los espacios de trabajo hacia modelos híbridos más dinámicos.

De acuerdo con un estudio de CBRE y CoreNet Global, para 2025, el 66% de las empresas proyecta que sus empleados asistan a la oficina al menos tres días a la semana. Aunque el esquema híbrido busca mantenerse como una prioridad, también crece la tendencia de impulsar la presencialidad como una vía para fortalecer la cultura corporativa y las conexiones interpersonales.

En México, el regreso a la oficina también responde a regulaciones como la NOM-035-STPS-2018, que establece lineamientos para gestionar los riesgos psicosociales en el trabajo. La implementación de estas normativas influye directamente en las decisiones de adecuación de los espacios, reforzando la importancia de contar con entornos que promuevan el bienestar laboral.

Uno de los principales desafíos de este retorno es la inversión en la adecuación de los espacios. La incertidumbre económica sigue siendo un factor determinante, y el 72% de las empresas encuestadas señala que las restricciones presupuestarias limitan su capacidad para renovar oficinas. Hacerlas más atractivas, funcionales y colaborativas requiere recursos significativos, en un momento donde la optimización de costos es clave sin comprometer la calidad del entorno laboral.

Además, el panorama político y económico, tanto global como local, juega un papel clave. Factores como la inflación y los cambios en las políticas laborales están llevando a las empresas a reevaluar su enfoque hacia la presencialidad, asegurando que la asistencia a la oficina tenga un propósito claro y que las inversiones en infraestructura generen valor a largo plazo.

Ante estas limitaciones, los espacios de coworking han emergido como una alternativa viable para las empresas que buscan optimizar costos sin descuidar el bienestar de sus colaboradores. Al eliminar la necesidad de grandes inversiones en infraestructura, estos entornos ofrecen oficinas listas para operar, con áreas diseñadas para fomentar la colaboración y el confort que impactan en la productividad. 

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“Espacios como WeWork ofrecen oficinas equipadas, con una infraestructura fácil de adaptar que responde a la implementación de modelos híbridos de trabajo, optimizando costos, mejorando la experiencia y la productividad de los colaboradores”, señala Álvaro Villar, Regional Head of Sales de WeWork América Latina.

Además, brindan la flexibilidad de ajustar el espacio según las necesidades cambiantes de cada organización, permitiendo desde la renta de estaciones de trabajo individuales hasta oficinas privadas completamente equipadas. Un ejemplo de ello es WeWork, que ha desarrollado soluciones como la membresía “All Access”, que permite a los equipos trabajar desde diferentes ubicaciones según sus necesidades, y los espacios personalizados, diseñados a medida para empresas que requieren oficinas privadas sin asumir los costos de una remodelación tradicional.

Más que una tendencia, el regreso a la oficina es una estrategia clave para fortalecer la cultura organizacional, fomentar la colaboración y adaptarse a un entorno laboral en constante cambio. La flexibilidad, la integración tecnológica y la adaptación a nuevas normativas serán determinantes para el éxito empresarial en los próximos años.