Suecia, primer país en Europa libre de “humo de tabaco”, impulsando uso de vaporizadores

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A través del uso de productos libres de combustión, el país escandinavo logró reducir de 15 a 5.6% el porcentaje de la población que fuma cigarros de tabaco.
 
  México debe aprender de la experiencia científica para avanzar hacia una regulación exclusiva de los dispositivos: Juan José Cirión Lee.

A propósito del Día Mundial del Vapeo el próximo 30 de mayo, Suecia está a punto de convertiste en el primer país de Europa “sin humo de tabaco” al lograr una tasa menor al cinco por ciento de prevalencia de tabaquismo, impulsado por el uso de métodos alternativos, como el caso de los vaporizadores, mientras que en México las autoridades siguen estancadas en la retórica política de que los dispositivos electrónicos son similares a los cigarros convencionales, afirmó la organización México y el Mundo Vapeando.

El informe denominado “La experiencia sueca: Hoja de ruta para una sociedad sin humo”, presentado por varios especialistas en Estocolmo Suecia, evidencia el éxito de la estrategia emprendida por ese país para reducir el porcentaje de fumadores de tabaco, el cual descendió del 15 al 5.6 por ciento en tan sólo 15 años, lo que permitirá alcanzar a la nación escandinava la denominación “país libre de humo de tabaco” 17 años antes del objetivo de 2040, propuesto por el bloque de la Unión Europea.

Según el estudio, la baja sensible que registró la población fumadora en Suecia responde a la estrategia para sustituir cigarros convencionales por instrumentos de riesgo reducido, como los vaporizadores o dispositivos sin combustión, los cuales son 95 por ciento menos dañinos que el tabaco.

Entre los beneficios que ya se atestiguan por el menor consumo de cigarros convencionales destaca una incidencia de cáncer 41 por ciento menor a la que registran diversos países europeos, así como el porcentaje más bajo de enfermedades relaciones con el tabaco dentro de la Unión Europea.

De acuerdo con Ander Milton, uno de los autores del informe, la estrategia sueca, que combina métodos de control del tabaco con estrategias de minimización de daños, podría salvar 3.5 millones de vidas en la próxima década si otras naciones de la Unión Europea aplicaran dichas medidas. No hay ningún otro país de la Unión Europea que esté cerca de replicar el logro de Suecia.

En esa misma línea, Delon Human, otro de los autores del estudio, destacó el aporte que ha representado el uso de productos de riesgo reducido en el combate contra el tabaquismo en Suecia.

“Se trata de combinar el control del tabaco con la minimización de daños; no hay productos de tabaco exentos de riesgos, pero los cigarrillos electrónicos, por ejemplo, son 95 por ciento menos nocivos que los cigarros convencionales; para un fumador es mucho mejor pasarse de los cigarrillos normales a los cigarrillos electrónicos o a las bolsas de nicotinas que seguir fumando”, afirmó Delon Human.

El informe destacó que el modelo de Suecia sigue las recomendaciones del Convenio Marco para el Control del Tabaco (CMCT) de la Organización Mundial de la Salud (OMS); pero agrega los productos sin humo y vaporizadores como alternativas menos nocivas.

El estudio es un encargo de Health Diplomats, una organización internacional que lucha por mejorar el acceso a la atención sanitaria, fomentar la innovación y la reducción de daños para minimizar el impacto negativo del alcohol, los alimentos, la nicotina y las drogas.

“Suecia ha adoptado una estrategia antitabaco muy acertada que debería exportarse; sería enormemente beneficioso para el mundo que más países siguieran el ejemplo de Suecia, con medidas que reduzcan la oferta y la demanda al tiempo que aplican tipos impositivos diferenciados que ofrezcan a los fumadores incentivos económicos para cambiar los cigarrillos por alternativas menos nocivas”, agregó el catedrático Karl Fagerström, quien también es autor del informe.

El 30 de mayo, como cada año, tendrá lugar el Día Mundial del Vapeo, fecha en la que millones de personas alrededor del mundo celebran su triunfo en contra del tabaquismo, a través de la sustitución de cigarros convencionales con dispositivos de riesgo reducido, como los vaporizadores.

Ante ello, es claro que la experiencia de Suecia, junto con otras historias de éxito observadas en países como Japón, Nueva Zelanda, Francia y el Reino Unidos, evidencian las ventajas que representan los productos de riesgo reducido -como los vaporizadores-, en la lucha contra el tabaquismo, actividad que provoca la muerte de ocho millones de personas al año, según datos de la OMS.

            Por lo anterior, Juan José Cirión Lee, presidente de México y el Mundo Vapeando, considera que en el país urge dejar a un lado dogmas políticos y reconocer la evidencia científica internacional que existe en materia de vaporizadores, con el objetivo de avanzar hacia una regulación de los dispositivos que permita, por un lado, darle una oportunidad a quienes desean abandonar el consumo de cigarros convencionales y, por el otro, revertir la presencia del mercado negro que detonó la serie de políticas prohibicionistas que han adoptado autoridades mexicanas, como la Secretaría de Salud federal.

Ante dicho escenario, confió en que encuentren eco las voces de diputados federales y senadores que empujan por una regulación de los dispositivos para evitar que sean consumidos por menores de edad y que se defina un marco legal que defina la producción, venta y distribución de los vaporizadores.

“Es momento de dejar atrás las ideologías políticas y aprender de la experiencia científica e internacional; en países como el Reino Unido, Francia y Nueva Zelanda los vaporizadores son parte de las políticas públicas para combatir el tabaquismo; es un crimen no permitirle a quienes desean dejar de fumar la oportunidad de acceder a instrumentos para dejar el tabaquismo”, argumentó el activista.

México y el Mundo Vapeando es un grupo de entusiastas del vapeo con la única misión de defender el derecho a elegir un método de reducción de daños en el país. Sus colaboradores tienen la firme convicción de una regulación justa para combatir el terrible hábito del tabaco, teniendo como base la ciencia y el libre derecho de expresión.

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